Un error que todos cometemos con frecuencia en discusiones de religión o política es asumir que sabemos los que la otra persona cree. Si alguien se acerca a nosotros y nos dice que cree en un Dios en tres Personas, asumimos que todos tienen la misma idea con relación a lo que tal frase significa. La realidad es que los puntos de vista con relación a ese y otros temas es tan diverso como las personas con las que conversamos.
Entre las personas con las cuales uno conversa sobre la Trinidad, por ejemplo, hay varios puntos de vista:
Grupo 1. Unos creen en tres Personas Divinas que son tan separados que se pueden llamar triteístas (que creen y adoran tres "dioses"). Cuando lleguen al cielo creen que verán tres rostros. Que Dios el Hijo les presentará a Dios Padre y el Espíritu Santo estará presente como un Ser separado de los otros dos. Para personas de este tipo, Dios el Hijo está en la tierra mientras Dios el Padre está en el cielo. En sus mentes hay una clara distinción de lugares entre Padre, Hijo y Espíritu Santo. Son la clase de personas que generalmente preguntarán: ¿Si Jesús era el Padre, entonces por qué dice que Su Padre está en el cielo? El Padre no puede ser Jesús en la tierra y al mismo tiempo estar en el cielo.
Para todo creyente en un Dios Omnipresente tales aseveraciones limitan a un Dios Todopoderoso. Nuestro Dios puede estar en dos, tres, cuatro y cien lugares al mismo tiempo. No necesita la ayuda de otros dioses o personas. ¡Él es Dios!
Grupo 2. Otros, que tienen un punto de vista más bíblico, utilizan la palabra Trinidad, pero su punto de vista no permite la separación de dioses. Ellos creen que al llegar al cielo verán a Uno sentado en el trono. Ese Dios único es el Padre, Hijo y Espíritu Santo. A veces, su utilización de conceptos no bíblicos como el de Personas, Trinidad, y otros, tienden a afectar algunas de sus interpretaciones. Algunos de ellos bautizan en el nombre de Jesús, otros repiten "Padre, Hijo y Espíritu Santo" sobre los candidatos a bautismo. Algunos de los más grandes teólogos trinitarios tienen este punto de vista.
Un regreso a los términos esctrictamente bíblicos puede ser un catalista para que acepten la verdad monoteísta reflejada en el Nuevo Testamento.
Este ejemplo es dado simplemente para que el lector pueda aprender que algunas de las mejores preguntas que puede hacerle a un amigo trinitario es:
¿Qué quieres decir con la palabra Trinidad?
¿Puedes darme una definición de la palabra Personas?
¿Cuántos verás al llegar al Cielo?
Y basados en sus respuestas el diálogo puede progresar para un resultado aceptable. Nunca deberíamos tratar a alquien del segundo grupo como si pertenecieran al primero. Esto podría ofenderlos y limitar la efectividad de su testimonio.
Es importante también darnos cuenta que hay una gran variedad de personas que están en algún lugar entre los dos grupos. Es por esto que cada persona debe ser tratada individualmente.
Toda conversación sobre temas bíblicos (o de otra índole) debería comenzar con este punto de partida: averigüe qué es lo que la persona cree, antes de tratar de refutar o aplaudir tal creencia.
Finalmente, acuérdese que no importando lo que la gente crea, todos merecen respeto. Si hemos de ganarlos, debe ser con el amor de Dios y la Biblia abierta.
Lic. G. Jorge Medina
Defensores de la Fe
www.defensoresweb.com
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