miércoles, febrero 22, 2006

Curso de Finanzas 04


Habiendo aprendido a pagarse a si mismo por lo menos el 10% de todo lo que ganaba, Arkad fue visitado por el anciano prestamista un año después.

¿Has puesto en práctica lo que te enseñé? Preguntó el anciano.

Sí. Fue la respuesta de Arkad

¿Y qué hiciste con ello?

Lo que junté se lo dí a Azmur, el constructor de ladrillo, que fue a Fenicia a comprar joyas preciosas, para que una vez de regreso podamos venderlas y ganar buen dinero.

El anciano Algamish respondió: Todo tonto debe aprender. ¿Cómo confías a un ladrillero, para saber sobre piedras preciosas? ¿Preguntarás al panadero sobre Astronomía?

Mi joven amigo, has perdido tus ahorros. Pero no te rindas, trata otra vez. Y aprende a visitar al joyero si quieres consejo sobre joyas. Y al pastor, si has de preguntar sobre ovejas.

Sucedió tal como Algamish había dicho, porque los fenicios le vendieron a Azmur pedazos de vidrio que parecían joyas; y perdieron toda su ganancia.

Pero Arkad no se dio por vencido. Habiendo ya adquirido la costumbre de ahorrar un diez por ciento, continuó haciéndolo. Lo que le pareció extraño es que aunque tenía menos dinero para gastar, no sufrió de necesidad. De hecho, casi ni se dio cuenta de que estaba ahorrando.

Doce meses después volvió el sabio anciano a visitar a Arkad.

¿Cómo te ha ido este año?

Bien. Continué pagándome a mi mismo.

¿Qué has hecho con el dinero?

Se lo dí al constructor de escudos, para que compre metal para su oficio, y cada cuarto mes me paga la renta del dinero.

¿Y qué haces con tal renta?

Hago una fiesta, con miel y vino fino. Y pienso un día comprarme un asno para cabalgar sobre él.

Algamish respondió: Te comes la descendencia de tus ahorros, ¿cómo esperas prosperar? Debes dejar que ellos también crezcan y engendren otra generación que también trabajará para ti.

Hasta que aprendas esa lección, no disfrutarás de la abundancia que tu corazón desea.

Y habiendo dicho esto se marchó...

G. Jorge Medina
Defensores de la Fe


PREGUNTAS


1. ¿Cuál fue el error de Arkad que le hizo perder su primer año de ahorros?

2. ¿Por qué no debió confiar al ladrillero para comprar joyas?

3. ¿Por qué es un error gastar los intereses que uno gane de sus ahorros?

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Mientras continuamos nuestra aventura en el mundo de finanzas de Babilonia, es importante recordar que todos estos principios deben ser ejercitados en un contexto netamente cristiano. Se asume que el lector es fiel en sus diezmos y ofrendas a su iglesia local (Malaquias 3:8-10). 1 Timoteo 6:10 no dice que el dinero es la raiz de todo mal, sino que EL AMOR AL DINERO es la raíz de todo mal. La diferencia es obvia. Nuestras finanzas, administradas en la voluntad de Dios, ahorrando con vista a un buen futuro (Proverbios 6:6-8) son bendición de nuestro Señor. Le aconsejamos lea el Libro de Proverbios para aprender otros principios similares.

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Estudio basado en el libro “The Richest Man in Babylon."

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