Uno de los golpes más duros que ha recibido la teoría mormona de que los indios americanos son descendientes de los hebreos de los tiempos del Antiguo Testamento es el estudio moderno de la heredad y el ADN.
Ya que cada ser humano tiene un ADN específico, y cada raza tiene un tipo de "huella digital", los análisis que se han hecho a la raza de los nativos americanos ha demostrado que no descienden de los israelitas (los "lamanitas" según el Libro de Mormón), sino que más bien son descendientes de orígen asiático, específicamente del área de Mongolia. Estos llegaron a America a través del Estrecho de Bering en tiempos muy antiguos.
Esto destruye totalmente el testimonio de las primeras páginas del libro sagrado del mormonismo que indica que fue "escrita a los lamanitas, que son un remanente de la casa de Israel." Luego dice: "Después de miles de años, todos fueron destruidos, excepto los lamanitas, y ellos son los ancestros principales de los indios americanos."
Si es que el Libro de Mormón está equivocado con relación a algo tan básico, ¿cómo se puede confiar en él para asuntos de vida eterna?
Evidencia del ADN contra el Libro de Mormón se puede encontrar en libros como "Losing a Lost Tribe" de Simon G. Southerton. Un ex-mormón que abandonó esa religión por causa de la evidencia descubierta.
Todo esto es muy incómodo para la llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, especialmente cuando nos enteramos que ese es el mensaje que José Smith, el fundador del mormonismo, llevó a los indios americanos para introducirlos a su nueva religión: "Ustedes son descendientes del pueblo de Israel, parte de la tribu perdida."
A través de los años la Biblia ha sido corroborada por toda la evidencia histórica y arqueológica descubierta en el Viejo Mundo. La historia contada por el Libro de Mormón se supone ser de más reciente orígen. Sin embargo la Biblia ha sido comprobada veraz en miles de ocasiones. El Libro de Mormón sufre una derrota increíble en comparación.
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