La suficiencia de las Sagradas Escrituras es una de esas doctrinas descuidadas en la iglesia del siglo veintiuno. Las mejores definiciones de esta creencia fundamental vienen de la misma Biblia:
"Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:14-17)
Se puede notar que en última instancia Timoteo aprendió aquello que lo salvaría en las mismas Escrituras, y es precisamente allí a dónde apunta el Apóstol Pablo, donde, después de hallar la salvación, se halla también enseñanza, corrección, e instrucción para crecer en perfección cristiana.
Cuando las Escrituras hablan, el hombre calla. Toda discusión se acaba cuando la Escritura da su opinión. Las "verdades" de los hombres son reveladas como las mentiras que son cuando las Escrituras dan su luz.
Todo lo que necesitamos para encontrar la salvación y vivir una vida victoriosa para Jesucristo en este mundo se encuentra en el Libro de Dios. Los tiempos pueden haber cambiado, la ciencia puede haber avanzado, pero ninguna revelación sobrepasa la verdad de la Palabra de Dios. La Biblia no es un libro del pasado. Sus enseñanzas son relevantes tanto para el año 2008 así como para el año 2900. No hay nada que el hombre pueda inventar o descubrir por medio de la tecnología que disminuya la veracidad de la Palabra de Dios. La inspiración de la Biblia no es parcial, no es limitada por tiempo o espacio.
Cuando los hombres de ciencia entran en desacuerdo con la Biblia, ellos pierden. Cuando el hombre niega cualquier verdad revelada en la Biblia, escoge la oscuridad de las tinieblas. Cuando los psiquiatras y psicólogos creen tener mejores soluciones a los problemas de nuestra sociedad que los Apóstoles del Cordero, ellos son los que han perdido la razón.
"Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?" (1 Corintios 1:19-20)
La Biblia es suficiente. La inspiración divina de las Escrituras puede hacer que uno llegue a ser "perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."
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