La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Romanos 10:17). No hay nada que dé a nuestra gente un mejor fundamento que la Palabra de Dios. Todos los programas de la iglesia local no nos darán los resultados que una buena instrucción bíblica dará a nuestra siguiente generación, comenzando con nuestros niños y siguiéndolos en la adolescencia y en la juventud.
Por lo general nuestras escuelas dominicales son centros de entretenimiento o guardería, pero deberían ser escuelas para la formación espiritual de nuestros niños. Las escuelas seculares enseñan a nuestros niños lenguaje, matemáticas, ciencia, historia, etc. y nosotros nos conformamos con enseñarles un versículo por semana y las mismas historias bíblicas, porque hay la percepción equivocada de que no van a poder aprender más. El mundo tiene más confianza en la inteligencia de nuestros hijos que la misma iglesia. (Debo agregar que esto no aplica a todas nuestras iglesias, de hecho hay varias que tienen tremendos programas de instrucción bíblica, como el de esgríma bíblico para niños y adolescentes implementado en el Distrito Sur de Texas bajo la dirección del pastor Jorge Mendizabal, y ahora expandiéndose a la nación y el mundo.)
Necesitamos una reforma educacional en la iglesia pentecostal apostólica. Necesitamos pastores que prediquen y enseñen la palabra, maestros que instruyan a los niños en el camino de Dios, iglesias fundamentadas en la Biblia, de tal manera que cuando los ataques de la sociedad de este mundo vengan contra nuestra juventud, ellos estén bien fundamentados, parados sobre la Roca. Necesitamos que nuestra escuela dominical sea verdaderamente una escuela dominical, que nuestro miércoles de estudio bíblico sea realmente de estudio bíblico.
Necesitamos entrenar a nuestra siguiente generación en el arte de asistir a un estudio bíblico y tomar notas. ¿Cuando fué la última vez que en su iglesia pidió a la gente que tuviera junto con su Biblia un cuadernillo para tomar notas? En todo centro educativo se espera que los estudiantes tomen notas abundantes, hay repasos y exámenes, porque la mente es frágil y es necesario repasar lo estudiado para aprenderlo bien. ¿No debería ser así en la iglesia, que es el centro de entrenamiento para que uno pueda vivir en este mundo haciendo un diferencia para Dios? ¿Por qué tendemos a esperar menos de nuestra gente que el mundo espera de la suya? Aún hay sectas, como los “testigos de Jehová” que son capaces de entrenar a su gente con confianza, de tal manera que un “testigo” promedio puede darle clases bíblicas al cristiano nominal promedio. Esto se traduce en lo práctico en decenas de miles de bautizados en la Watchtower cada año.
Creemos que por la gracia de Dios podemos hacer un mejor trabajo con nuestros niños y nuestra juventud. Su futura salvación puede depender de ello. Que un día se diga de ellos:
"Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús." (2 Timoteo 3:15)
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