Otro problema que los incrédulos deben enfrentar al tratar de inculpar a Dios del mal que existe en el mundo es la idea de la existencia de algo objetivo a lo que se pueda llamar "mal".
Si Dios no existe, entonces no tenemos un ancla, o una regla perfecta por medio de la cual podamos discernir entre lo que es bueno y lo que es malo.
Si Dios no existe, ¿quién puede decir qué es bueno y qué es malo? ¿Lo dejamos al juicio de cada persona individualmente? El problema de hacerlo así es que lo que es bueno para uno es malo para otro. ¿Quién está en lo correcto?
Sin una regla moral, ¿cómo pueden decir los incrédulos que hay mal en el mundo? ¿qué quieren decir con "mal"? ¿Y qué si alguien tiene una definición diferente?
La realidad es que los ateos, y otros incrédulos, se "prestan" la moralidad cristiana para juzgar por medio de ella al Dios del cristianismo. Esto porque ellos no tienen una base para la moralidad, aunque no quieran aceptarlo. Todo juicio que hagan contra nosotros es simplemente una preferencia, pero no algo objetivo. Sobre esas bases no pueden realmente probar nada.
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