La Biblia misma nos da la prueba a que debe ser sometido todo dicho profético. Si es inspirada por Dios, la profecía se cumplirá con un cien por ciento de certidumbre. Nueve cumplimientos de cada diez profecías no es suficiente.
D. James Kennedy reporta que el tabloide National Enquirer publicó en 1975 las predicciones de diez de los adivinos más importantes en el mundo que debían suceder en los últimos seis meses de ese año. ¿Sabe cuántas de ellas se cumplieron? ¡Ni una! Parecería que si una persona predice sesenta y un cosas, por lo menos debería tener suerte suficiente para por lo menos acertar en una de ellas. Tal vez Dios quería mostrar qué incapaces son ellos de predecir el futuro.Profecía Acerca de la Misma Biblia
Jesús prometió: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mateo 24:35).
Los enemigos de las Sagradas Escrituras han existido desde tiempo antiguo. Desde los emperadores romanos hasta los gobiernos comunistas han tratado de destruir El Libro de los libros.
El impío rey Joacim destruyó un rollo con profecías cortándolo con un cortaplumas y echándolo en el fuego. (Jeremías 36:22-23). El juicio de Jehová sobre él fue así: “No tendrá quién se siente sobre el trono de David; y su cuerpo será echado al calor del día y al hielo de la noche.” (Jeremías 36:30). A los tres meses de la muerte de Joacim, su hijo fue deportado a Babilonia.
El emperador Dioclesiano ordenó en el año 303 d. C. que se pusiera fin a todas las reuniones de los cristianos, la destrucción de sus lugares de reunión y todos sus escritos sagrados.
Irónicamente, 25 años después, Constantino, el siguiente emperador, comisionó a Eusebio para que preparara 50 copias de la Escritura a expensas del gobierno romano.
A través de la historia se hicieron todo tipo de intentos de mantener la Biblia fuera del alcance del hombre de la calle. Las “quemas de Biblias” vinieron a ser una práctica común de la iglesia Católico-Romana. Los que eran atrapados en posesión de una copia de las Escrituras eran sometidos a tortura y muerte. Aún así, la Biblia ha sobrevivido, conforme a la promesa del Señor.Con razón el Apóstol Pedro escribió que “la palabra del Señor permanece para siempre.” (1 Pedro 1:25).
Artículo extractado del libro Evidencias de la Inspiración de la Biblia, disponible de Los Pentecostales de Royalwood - 713-473-1215.
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