"Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros." (1 Pedro 3:15)
lunes, febrero 06, 2006
¿Por qué es importante la doctrina?
La palabra "doctrina", del Griego didaskalia, se refiere a la enseñanza, instrucción y cuerpo de creencias de la iglesia.
Todo lo que se enseña en la iglesia como las creencias fundamentales de la misma caen bajo la clasificación de doctrina. El bautismo, la naturaleza de Dios, la identidad de Dios, el Espíritu Santo, el Plan de Salvación, etc. son todos "doctrina."
¿Por qué es importante asegurarse de que la iglesia a la que asistimos tenga la doctrina correcta? ¿No es suficiente acaso que hablen de Jesús y ya? La respuesta la da el Apóstol Pablo:
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren. (1 Timoteo 4:16)
Esto es mucho más importante cuando entendemos que la amonestación de arriba vino después que Pablo escribiera lo siguiente:
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.(1 Timoteo 4:1)
Note que estas enseñanzas no vendrán del mundo, sino que serán iniciadas por gente que "se apartarán de la fe" por haber escuchado a "espíritus engañadores."
La respuesta cristiana a la enseñanza recibida es ejemplificada para nosotros por la congregación de Berea:
10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.
11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
12 Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. (Hechos 17:10-12)
Note que la nobleza de una persona no está en aceptar cualquier predicación que hable de Jesucristo, sino de escudriñar (estudiar, profundizar, investigar) cada día las Escrituras para ver si estas cosas son así.
El ser apostólico o no depende solamente del cuerpo doctrinal de la iglesia y la práctica del mismo en su vida, no del letrero afuera de la iglesia. Es lo que creemos y hacemos lo que nos convierte en apostólicos, no el nombre de la iglesia.
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