miércoles, mayo 24, 2006

Soy intelectual... No me moleste con la evidencia!

Esta semana recibimos algunos emails de personas que no están contentas con nuestra refutación de El Código Da Vinci:

"¿Por qué no abren sus ojos? ¡Dejen de oir las mentiras de los curas, sacerdotes y pastores, y piensen por sí mismos!"

"Déjennos en paz. Nosotros somos intelectuales y no queremos oír de su religión."

"Jesús fue casado, ¿por qué no sacan la nariz de la Biblia y aceptan la verdad?"


Obviamente que hemos quitado los insultos, etc.

Lo lamentable de estas actitudes es que demuestran una ceguera mayor de la que nos acusan tener. No quieren hablar de la verdadera evidencia de la vida, resurrección, enseñanzas y evangelio de Jesús; sino que tiran la piedra y salen corriendo.

Ofrecí a uno de ellos una charla sobre la evidencia histórica, sin referencia a la Biblia (ya que esta lo ofende). Todavía sigo esperando la respuesta.

En realidad son personas que tal vez han tenido una mala experiencia con la religión, o universitarios a los que les contaron teorías del siglo XVIII cuando se creía que la Biblia no era confiable, que la existencia de Dios había sido refutada,etc. Todo lo cual ha sido desechado por ciencias como la arqueología (que demuestra la gran confiabilidad bíblica), la astronomía (que demuestra un Creador, el Orígen del Big Bang), la biología celular (que demuestra la necesidad de un Diseñador), etc.

Queremos decirles a todos los incrédulos, ateos, escépticos, agnósticos, y demás, que la Iglesia de Jesucristo es intelectual, racional y en armonía con la verdadera ciencia. No seguimos a un cura, sacerdote, o pastor porque somos gente crédula que nos comimos el cuentito. Seguimos a Jesucristo porque Él probó con su resurrección que era Dios manifestado en carne y el único camino a la vida eterna.

Si todavía dudan que alguien puede racionalmente seguir el cristianismo apostólico, los invitamos a contactarse con nosotros. Mientras tanto, todavía estamos esperando alguien que pueda probar que estamos equivocados. Les invitamos a usar filosofía, ciencia e historia en tal intento, en vez de la ignorancia común tan prevalente en las expresiones anti-religiosas.


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