lunes, septiembre 25, 2006

El Yugo del Reino de los Cielos

La base de la unicidad en Deuteronomio 6:4 en el Antiguo Testamento era conocida como "el yugo del Reino de los Cielos," de tal manera que la ley era más que simplemente un principio teológico sino que era al mismo tiempo un principio que llevaba al creyente a la adoración. En los círculos judíos se definía "el yugo del Reino como "el adorador mientras declara la unicidad de Dios."

Desde esta perspectiva el único creyente que puede verdaderamente tomar el yugo del Reino sobre sí mismo es aquel que cree en un sólo Dios. Toda variación de esta verdad (incluyendo la Tri-unidad, tanto católica como protestante) no califica para tal yugo, y por ende está destituido de la pura adoración a Dios.

Muchas veces en nuestro estudio de la unicidad de Dios nos olvidamos que el fin de tal estudio debe ser el llevar al creyente a los pies de ese Dios único.

La verdadera teología es aquella que se aprende en revelación y se practica en adoración.
De nada sirve memorizar escrituras y escribir tratados teológicos si nuestro corazón está lejos de Dios. Esto es verdad en toda área de la vida y práctica cristianas.

Debemos mantener a Dios más cerca y experimentarlo en nuestras vidas al mismo tiempo que aprendemos de Su voluntad e identidad por medio de las Escrituras.


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