martes, abril 18, 2006

Los Evangelios y los escépticos


Una vez más se demuestra que no hay peor ciego que el que no quiere ver. ¿A qué me refiero? Al tratamiento que los Evangelios canónicos recibe a manos de los incrédulos.

Los detalles de la resurrección de Jesús en los escritos de Mateo, Marcos, Lucas, y Juan varían al contar el evento histórico más importante de la humanidad. Por ello, dicen ellos, no se puede confiar en el testimonio de los evangelistas.

"Uno dice que María Magdalena estaba allí, otro dice que eran varias mujeres; uno dice que vieron un ángel, y otros dicen que fueron dos; con tantas diferencias en sus testimonios no podemos confiar que realmente vieron lo sucedido."

Después de más de dos mil años los escépticos todavía no han podido encontrar una verdadera contradicción en la Sagrada Escritura, y no la encontrarán en los records de la resurrección de Jesús.

Lo que tenemos allí es variaciones en detalles, pero todos los evangelios nos dicen que Jesús murió, que fue sepultado, y que al tercer día su tumba estaba vacía. Esos son los hechos principales y en ellos están en completo acuerdo.

En un juicio legal, al interrogar a los testigos de un robo a un banco, por ejemplo, los testigos dirán esencialmente los hechos, pero variarán en los detalles. Una persona describirá cómo iban vestidos mejor que otra. Uno se acordará de las expresiones que usaron, mientras que otro sabrá el número de asaltantes. Todos estarán de acuerdo en que el banco fue robado por hombres enmascarados y huyeron en un carro. Tal vez alguien diga que fueron dos carros, uno dirá que era de color azul, mientras otro sabrá el modelo exacto. Esto es aceptado, y de hecho, tales detalles son buscados por investigadores porque prueban que la persona realmente estuvo allí.

Cuando tales testigos son interrogados por la policia, si todos tienen exactamente la misma historia sin variación en los detalles, entonces se sabe que conspiraron para mentir y se sospechará que están implicados en el robo del banco. La policía les harán preguntas que los lleve a incriminarse.

Si los Evangelios dieran la historia de la resurrección exactamente de la misma manera, en el mismo orden de eventos, etc. entonces oiríamos a los incrédulos decir:

"No se puede confiar en tales Evangelios. Es obvio que los evangelistas conspiraron para escribir la historia de la misma manera, casi copiando palabra por palabra. La falta de detalles en uno que no aparezcan en otro nos hace pensar que en realidad ellos no presenciaron el evento, sino que uno de ellos dio origen a la historia y los demás confabularon con él."

Lastimosamente son tales escépticos los que están guiando a esta generación al abandono de la Biblia como Palabra inspirada de Dios, y a Jesús como Mesías y Salvador. Como lo dijo el Maestro:

"Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo."
(Mateo 15:14)


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