miércoles, julio 27, 2005

Debates, debates...



Yo creo que un debate sobre algún tema que nos fascina, apasiona, o es necesario es la mejor manera de descubrir la verdad al respecto.

Dos personas, con sus mejores argumentos, frente a frente.

La audiencia escucha ambos lados, cuando alguien dice algo que no es cierto, su contrincante lo demuestra ahí mismo.

Uno toma notas, compara puntos, borra malos argumentos, escribe las refutaciones, y luego vuelve a casa listo a tomar una decisión informada.

Todavia me acuerdo la gran victoria que Dios nos dio en el Debate de la Unicidad vs la Trinidad. El ambiente era eléctrico. Uno tenía que haber estado allí para entenderlo.

El espíritu de ambos contrincantes fue también bueno, lo cual hizo la diferencia en el Primer Congreso de Doctrina.


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