Con frecuencia hemos escuchado a la gente decir: "¡No me gusta leer!"
En nuestra página de Facebook hemos expresado nuestra frustración con tal frase:
Oir decir a alguien: "No me gusta leer libros" es una tremenda tragedia, especialmente en un mundo donde millones desearían poder hacerlo pero no pueden.
Casi suena como la persona que teniendo dos buenas piernas dice: "No me gusta correr". ¡Qué no daría un inválido por tal capacidad! De hecho, hay muchos "inválidos" alrededor del mundo que por varios motivos no han tenido la oportunidad de aprender a leer, pero ¡cómo desearían poder hacerlo!
El primer libro me obligaron a leerlo, hablo un poco acerca de este tema aquí.
Hay algunos factores que influencian cuánto disfrutamos la lectura. Uno de ellos es nuestra habilidad de leer (si, ya sé que suena obvio); otra es nuestra habilidad de comprensión. La tercera es la manera en que aprendemos. Esto afectará la clase de libros con los cuales uno debe comenzar su aventura de lectura. Hay autores que son extremadamente interesantes y cautivan la atención y desafían la imaginación desde la primera línea, hay otros que escriben simplemente por información y son "aburridos" a menos que uno verdaderamente quiera aprender el tema que tratan.
Lo importante es comenzar con algo que sea simple y que uno pueda gozar sin tener que trabajar en meditar, comprender argumentos profundos o memorizar conceptos.
Hay novelas cristianas de calidad que enseñan mientras divierten, otras desafían a una mayor vida de oración o a una consagración cristiana más devota.
Al mismo tiempo, uno no debe quedarse en un nivel de lectura.
Algunos maestros aconsejan leer por lo menos un libro al año que esté "por encima de nosotros"; es decir, que sea de un tema o altura intelectual superior. Un libro que nos haga sacar el diccionario a buscar palabras, que nos haga trabajar para entenderlo. De esa manera creceremos y personalmente he visto que esto es cierto en la práctica. Uno a veces vuelve a leer un libro que antes le pareció durísimo de entender y se da cuenta que ya no es tan difícil, que los conceptos enseñados son fáciles de entender. O sea, uno se da cuenta que ha progresado.
Termino con este enlace.
Su siervo,
G. Jorge Medina
Defensores de la Fe
http://www.defensoresdelafe.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario