Cuando un ateo o escéptico dice: "Yo no creo en Dios." Siempre pregunte qué tipo de Dios es aquel en el que no creen.
Generalmente será una definición muy diferente del Dios de la Biblia. Usted puede usar esa respuesta para aclarar un poco la distorsionada idea de Dios que tal persona tenga.
Por ejemplo, si la persona dice: "Yo no creo en un Dios que me vaya a mandar al infierno simplemente porque no soy cristiano," la conversación procedería de la siguiente manera:
– Que casualidad, yo tampoco creo en ese Dios.
– ¿No?
– No, el Dios de la Biblia no envía a la gente al infierno simplemente porque no se han bautizado. Es más, el Dios de la Biblia no quiere que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.
– ¿Entonces por qué hay gente que termina en el infierno?
– Debes tener por seguro que no es por la voluntad de Dios. Dios es amor. Si alguien termina en el infierno será porque decidieron continuar en sus pecados y no recibir el ofrecimiento de perdón que Dios tenía para ellos.
– ¿Ofrece Dios Su perdón a todos?
– Si, y a todos por igual. Dios es justo. Al mismo tiempo Dios es supremamente santo y esto hace que un pecador no pueda estar en la presencia de Su santidad. Esto no es porque Dios no lo quiera, sino que la santidad de Dios sería como un martirio para alguien que ha vivido toda su vida en pecado. Estarían demasiado fuera de su ambiente. Dios no fuerza a nadie a ir a un lugar donde ellos no quieren estar.
– ¿Y qué si no quiero arrepentirme y cambiar?
– Entonces no puedes culpar a Dios por respetar tus decisiones, ¿verdad? En ese caso no es Dios mandándote al infierno, sino tú decidiendo ir allí por tu propia voluntad.
– ¿Entonces si yo quisiera ir al cielo, puedo hacerlo?
– Claro que sí. El ofrecimiento, de acuerdo a Hechos 2:38 y 39 en el Nuevo Testamento, es para todos. Déjame mostrarte...
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